¿Quién es la caracólica?

Mi nombre es Gelsy Yasmin Noroño (Caracas, 7 de mayo de 1974) soy creadora de “Yassdance” ¡La experiencia! un estilo de vida que basa su filosofía en el baile como generador de bienestar, salud y descubrimiento personal del artista interior de cada persona y brindarle felicidad.

Nací en Caracas en el año 1974, y ya para el año 1979 bailaba con mis abuelos, siendo la canción “Mister Porompompero” de Manolo Escobar una de mis principales influencias que me ayudaron a descubrir el amor por la música y el baile. En aquél momento no sabía describirlo, pero la música me hacía vibrar. Temblaba de emoción… yo quería bailar.

A partir de ese momento, mi infancia transcurrió con el quinto arte como mi gran pasión; entre bailes escolares y el montaje de mis primeras coreografías que se adaptaban a la música actual de aquél entonces, como a cualquier otro estilo musical, dio paso lo que más adelante sería mi propio estilo de danza y lo que me dio a conocer a nivel mundial en redes sociales: “Yassdance” ¡La experiencia!. Sin embargo, el nacimiento del Yassdance no ha sido tan sencillo, ya que gracias a la naturaleza de su ejecución, la cual consiste en sentir la música sin ninguna regla convencional o apego, me llevaron constantemente a salidas abruptas en academias y grupos de baile, creo que esta situación me hizo muy rebelde.

Luego, al llegar a la universidad, las exigencias de estudio disminuyeron considerablemente las posibilidades de seguir desarrollándome en el baile. Entre la maternidad y la universidad hubo un stop en lo que más amo.

Lamentablemente, poco después, debí hacer una pausa forzada a causa de un accidente automovilístico que sufrí a los 23 años, teniendo lesiones graves y un edema cerebral que afectaría por un largo periodo mi peso corporal, como mi salud mental; atravesando en ese momento cuadros de ansiedad y depresión. Además, con el tiempo, desarrolle una hernia discal en las raíces del nervio C5 y C6.

 Es por eso que mi madre decide inscribirme en un gimnasio para tratar de devolverme los ánimos. Es aquí, cuando el quinto arte vuelve a llamar a mi puerta; esta vez la vida le dio una nueva forma al baile, transformándolos también en ejercicios aeróbicos, y que a su vez me ayudaron a reencontrarme una vez más con mi gran pasión.

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Lo que comenzó con una sola clase, pronto evolucionó en dos. En ese entonces, no solo asistía al gimnasio para volver a estar en forma, sino que poco a poco recuperaba ese algo interior; esa vibración que parecía extinta. Comencé asistir a los horarios del medio día y de la tarde de forma puntual. Sin darme cuenta, la chispa se había encendido una vez más en mí, los problemas de sobrepeso se volvieron parte de mi pasado, rebajando hasta catorce kilogramos en su momento en menos de dos meses.

Pasó poco tiempo para darme cuenta que mis ganas de vivir y mi sonrisa estaban por ahí guardadas. Por eso, mis caracólicos, les aseguro que la mejor vestimenta para celebrar la vida son tus ganas de crecer y ser mejor cada día. Cuerpo, mente, y siquis sana.

La etapa cumbre de este periodo surge cuando la profesora de la tarde en aquel gimnasio no puede asistir a la clase regular, y yo, alentada por mis compañeros, acepto el reto de cumplir con la suplencia por ese día. A partir de este punto, ya no había vuelta atrás.

La nueva Yasmin

A la par de esta nueva faceta como profesora, comencé a crear coreografías para agrupaciones de baile de la ciudad capital. En poco tiempo, y gracias a las buenas referencias de mis clases, logré pertenecer a la cadena Power House de Caracas. Casi al instante y sin darme cuenta, ya estaba visitando todo el territorio nacional.

Nuevamente la filosofía y el carácter rebelde que me caracterizan por la forma de sentir la música, se hicieron presentes. En mis clases, casi inmediatamente, adopté una indumentaria que marcó un antes y un después en mi carrera. Comencé a asistir con ropa elegante a cada una de mis lecciones. Maquillaje, vestidos, tacones… de pronto todo esto empezaría a llamar la atención y hacerse notar en las demás personas. Esta experiencia se convertía en una fiesta de la cual las personas querían formar parte.

Siempre he creído que bailar es una fiesta. Es disfrutar, es vivir… y cuando bailamos, en el caso de las mujeres, siempre vamos en vestido y tacones. Esa es la naturaleza de las cosas y es la sensación más especial, más bonita. Por eso, voy así, me visto así. Con esto no quiero decir que no puedas hacerlo con zapatos y ropa deportiva. Pero personalmente, mi cuerpo me pide vestirme así. Yo quiero que me vean así. Porque no solamente vamos hacer ejercicios, también vamos a disfrutar la vida con música y baile.

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Ya en este momento vería la luz mi propia disciplina de baile. Específicamente, en una fiesta. En un punto de la noche, entre risas y música, compartiría escenario con amigos músicos. Comencé a bailar y otras personas se unían a mí; y no solamente se acoplaron a la danza, sino que me seguían en cada uno de mis pasos, mímicas y gestos. Yo gritaba y los otros invitados también lo hacían, comenzaban hacer lo que yo hacía en el escenario. Fue a partir de esta noche que se consolidó una manera de coexistir, una experiencia que se basa en transmitir, compartir y vivir la música. Nacería la disciplina y estilo de vida Feeldance.

El ascenso del Feeldance fue muy rápido, y gracias a eso, trabajé en varias de las televisoras más importantes de Venezuela a nivel nacional. Estando entre las más destacadas el canal Meridiano televisión en un espacio llamado Al Ritmo, y con participaciones destacas en programas como Portadas del canal Venevisión, y Aprieta y Gana de RCTV, entre otros.

Poco tiempo después, fui invitada a un magno evento deportivo en Caracas. En el Salón Venezuela del complejo Club Círculo Militar Rivas Dávila. Ahí conocí a Marlon Sánquiz quien me extiende la oportunidad para trabajar junto a un reconocido actor venezolano en la discoteca Space de Ciudad Guayana, Puerto Ordaz, Venezuela. A raíz de este trabajo y las facilidades que me proporcionaba esta ciudad, decidí asentarme en Guayana junto a mi hija mayor de forma definitiva.

De nueva cuenta, los problemas de salud escribirían un nuevo capítulo de pausa en mi vida, al caer enferma en dos ocasiones producto de un ACV isquémico transitorio, lo que me alejaría por un largo periodo de mis trabajos habituales. Los cuales, consistían en clases de baile en los gimnasios de Ciudad Guayana y en asesorías de entrenamiento particular. Al momento de recuperarme de estos episodios, dejaría las asesorías para permanecer únicamente con mis clases de baile, que a su vez me servían como método de recuperación por las secuelas proporcionadas de esta enfermedad que dificultaron mi movilidad y reflejos psicomotores de forma considerable, lo que certificaría al baile como la terapia más efectiva en mí para combatir los retos más importantes de mi vida.

Sin embargo, el nacimiento de mi segunda hija daría pie a un receso indefinido de mis actividades para dedicarme de lleno a mi vida familiar.

Luego de un largo tiempo; en el año 2019 junto a mi esposo y en alianza con la empresa Grupo Cols Eventos, tomamos la decisión entre miedos e incertidumbre, de volver nuevamente a la escena pública con mi propuesta Feeldance como estandarte de un nuevo proyecto para generar bienestar y felicidad mediante el baile. Esta vez con el objetivo de lograr un alcance a nivel mundial.

Iniciamos junto al complejo Orinokia Mall de Puerto Ordaz la producción de mis Súper Clases de Feeldance cada domingo a las 7:00 A.M en la sección Plaza Merú de este centro. Dichas clases, fueron un rotundo éxito en nuestro proyecto, este logro me permitió formar los cimientos de todo un equipo que, cautivados por el Feeldance, llegarían para quedarse.

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Al poco tiempo de culminar la etapa de las Súper Clases, fui invitada por un grupo de habitantes de Ciudad Guayana a formar parte de una actividad para la recuperación de espacios públicos en el sector Villa Alianza de Puerto Ordaz. A partir de aquí, y por el éxito masivo que tuvimos, se desencadenó una serie de invitaciones para llevar este mismo evento de bienestar a otras localidades de la ciudad, generando así un movimiento cívico.

Dicha iniciativa ciudadana pasaría a ser denominada como “LA TAREA” la cual consiste en generar salud y bienestar colectivo mediante recreación, entretenimiento y baile para recuperar los espacios públicos y plazas en esta ciudad.

Me involucré tanto en este proyecto, donde tengo actualmente el honor de ser la vocera principal. Debo decir que estoy muy agradecida con todo el equipo, pues construimos una comunidad hermosa con más de 600 personas participando activamente en LA TAREA. Lamentablemente, por la nueva realidad mundial del 2020, tuvimos que suspender momentáneamente nuestras actividades.

EL SALTO

Debido a las restricciones a nivel mundial, y con LA TAREA en suspensión, se iniciaron una serie de reuniones entre mi persona y la productora Grupo Cols Eventos para determinar la estrategia a seguir los meses posteriores del confinamiento colectivo. Entre estos planes surgió como idea principal el mudar nuestro contenido a las plataformas online, propuesta con la que no estaba muy convencida, pues no veía para nada factible de que se pudiera transmitir de manera correcta el mensaje que quiero dar en mis bailes.

Aquí entra la magia de mi hija de apenas 8 años, que con una simple pregunta nos cambiaría el mundo a mi esposo y a mí “¿Y si nos ponemos a hacer un Tiktok­?” Dijo ella. Ahí comenzó todo. Ambos quedamos impresionados, pero sin duda yo más porque no entendía nada de esta plataforma. Sin darnos cuenta hicimos nuestro primer Tiktok solo por diversión, con el que pasamos horas riéndonos. Luego hicimos el de la locura jajaja. El que hizo que nada fuera igual, y me llevó a casi todos los rincones del mundo.

En paralelo, y con el éxito obtenido en Tiktok, mi cuenta de Instagram también recibiría un impulso considerable en crecimiento, el cual me permitiría consolidar el contacto con los más de setenta y ocho mil seguidores que día tras día consumen y comparten mi contenido. Mis caracólicos bellísimos a quienes amo y adoro.

El concebir esta colectividad de fans y seguidores conocidos como caracólicos, me lleva a promover un nuevo proyecto para compartir mi arte y mi estilo de vida con las personas que más lo necesiten, producto de las secuelas generadas por el aislamiento social mundial; así llegan las Terapias de Baile, un espacio el cual me permite compartir la magia de sentir bailando de mi renovado proyecto, conocido como “Yassdance” ¡La experiencia!.

Hoy en día tengo como objetivo el compartir con otras personas un estilo de vida generador de felicidad, y que me ha ayudado a sobrellevar varios de los momentos más complicados en mi vida, como es el superar de forma exitosa las secuelas de enfermedades tan importantes como un edema cerebral y ACV, convirtiendo al baile en una forma de bienestar físico y espiritual.

Hoy, mis amados caracólicos, tengo el gusto enorme de hacerles esta pequeña biografía para que conozcas un poco más de mí. De mi historia y mi amor profundo por el baile. Espero de todo corazón que les sirva de inspiración, no solo para bailar, sino para creer que siempre que sientas pasión por algo, solo debes enfocarte en ello sin distracciones; cultivándote siempre mi caracólicos, y aprendiendo de aquello que quieras hacer en todas sus formas posibles. En mi caso es el baile; pero tú, si quieres ser un artista plástico, escritor, mago, músico, Lo que tú quieras… puedes hacerlo. Solo trabaja y confía en ti. Desde ya te deseo el mayor éxito del mundo. Y por favor, no te detengas, la vida es bella y en cualquier momento del camino quiero encontrarte y felicitarte.

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Dios me los bendiga siempre!